Hoy os vamos a contar un proyecto totalmente diferente, original y creativo. Un proyecto que nace por un enamoramiento, y no nos referimos a una persona. Nos referimos a un país, a una idea, a un concepto: Italia y sus bellas “fontanas”.
Así pues, ¿es posible transportar un trocito de esa Italia romántica al centro de Madrid?
La verdad es que sí, y podríamos decir, además, que es uno de los poderes de la arquitectura.
Si recordáis, hace unos días compartimos con vosotros un artículo de blog sobre la nueva tendencia arquitectónica en la que el tacto cobraba un papel esencial, donde predomina la capacidad de generar sensaciones según el espacio y la utilización de materiales.
En este caso, podríamos hablar de algo parecido, la posibilidad de recrear espacios que nos evoquen experiencias, viajes o recuerdos que queremos tener presentes.
De Italia al cielo de Madrid a golpe de piedra natural
Así pues, cuando recibimos el encargo, además de parecernos una idea fascinante e interesante, por el origen de la idea, no podemos negar que se presentó ante nuestros ojos un reto que hacía de este proyecto algo especial, no solo por los materiales y el diseño de la piscina, sino también por todo el componente técnico y las posibles limitaciones que nos podíamos encontrar.
Como podéis ver, la piscina está situada ni más ni menos que en un ático en pleno centro de Madrid.
Primer problema. ¿Tendrá el edificio la capacidad de aguantar el peso tanto del agua como de los materiales para su construcción?
Obviamente, viendo el resultado podéis ver que todas las pruebas técnicas y sus resultados fueron más que positivos. Eso sí, debemos indicar, como curiosidad, que, por lo estrecho de las calles, todos los materiales, en nuestro caso la piedra natural utilizada para construcción tanto del vaso de la piscina como de la zona exterior, tuvieron que subirse por las escaleras del edificio.
Toda la piscina está construida con nuestra piedra. Además, la piedra natural resulta especialmente una buena elección por las agresiones que debe soportar la piscina. Más allá de los meses de verano, la climatología propia de Madrid, tanto el frío como la lluvia, puede ser especialmente adversa para el mantenimiento de los materiales de la piscina.
La piedra natural es una garantía de durabilidad y resistencia, además de poner un nuevo elemento sostenible en el proyecto.
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